martes, 8 de enero de 2008

AMY FITZPATRICK

Hola.


Tengo una obsesión, aun mayor desde que estoy con Elena, y es que, sea la hora que sea, siempre la acompaño hasta su portal al llevarla a casa. Lo que a veces se interpreta como caballerosidad o una simple galantería, no es tal, sino una respuesta al miedo a una de las peores pesadillas que puede tener un hombre enamorado, y es que a ella le pase algo, sobre todo, estando en mis manos haberlo evitado...



Esta guapísima de ojos azules es Amy Fitzpatrick, y desgraciadamente supongo que no la habréis visto últimamente paseando por su pueblo de adopción, Mijas.

Es un nuevo caso de esos a los que estamos acostumbrados ver de vez en cuando, especialmente en la provincia de Málaga, donde ya echamos de menos a Ana Lorente, a quien conocía personalmente y prima hermana de uno de mis mejores amigos, o Rocío Wanninkhov. Pocas noticias tienen tanto poder de generar rabia e impotencia, y conociendo los antecedentes, la situación de Amy no es para ser optimistas. Mañana miércoles está organizada una batida por el municipio en busca de la joven, de tan sólo 15 años.

Amy ejercía de canguro en casa de unos amigos de la familia la noche del 31 de diciembre. Se dirigía a su casa de madrugada para continuar con la fiesta del Año Nuevo, tomó un atajo por un edificio en construcción cerca de su casa...y desapareció, como si se la hubiese tragado la tierra. Y sólo le sigue la triste realidad, padres desesperados, familia destrozada y una realidad silenciosa en la que nadie se atreve a decir la realidad, y es que la esperanza de encontrarla con vida es prácticamente nula.

Son casos independientes en los que no hay una organización, una banda armada a quien culpar, simplemente un cobarde desgraciado hijo de puta infeliz que anda por ahí como un depredador, se encuentra con esta indefensa quinceañera... y el resto sobra contarlo. Si Dios existiese, sabría que no era la hora de esta niña, pero el milagro parece lejano, una vez más.

Poco puedo hacer desde este blog, sólo quejarme amargamente como cualquiera de vosotros y dedicarle a Amy estas palabras y toda la impotencia del mundo que se siente en esta situación, cuando lees las noticias de que un pueblo entero rastrea los campos buscando, aunque sea, el cuerpo de una niña de sólo quince años. Ojalá me equivoque y por una vez en la vida tengamos una buena noticia que contar.



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